Revista Ciencias de la Actividad Física UCM. N° 19(2) julio-diciembre 2018,
ISSN:0719-4013
Entrenamiento
de resistencia muscular en jóvenes universitarios ¿método
de oclusión vascular o tradicional?
Resistance training in college students. Vascular occlusion training
or traditional method?
*José Bimbela-Villalobos, *Marisela Suárez-García, **Jorge Alberto
Aburto-Corona, **Luis Mario Gómez-Miranda
Bimbela-Villalobos, J., Suárez-García, M., Aburto-Corona, J., Gómez-Miranda,
L. (2018). Entrenamiento de resistencia muscular en jóvenes universitarios
¿método de oclusión vascular o tradicional?. Revista Ciencias de la
Actividad Física UCM, N° 19(2), julio-diciembre, 1-9. DOI: http://doi.org/10.29035/rcaf.19.2.8
RESUMEN
El objetivo del estudio fue determinar si existen diferencias significativas
en la circunferencia del brazo y en el número de repeticiones realizadas en
base a dos métodos de entrenamiento: oclusión vascular y tradicional. Se
reclutaron ocho sujetos a los cuales, de manera aleatoria, se les asignó el
método de oclusión vascular (OVbi) para un brazo y el entrenamiento
tradicional (ETmi) para el otro. Se realizó un pretest en el cual se midió la
circunferencia del brazo y la cantidad de repeticiones que pudieran realizar
con una carga equivalente al 9% de la masa corporal. Después de cuatro
semanas de tratamiento (tres sesiones por semana) se realizó el postest. Los
resultados no encontraron interacción significativa en la circunferencia del
brazo (p = 0.164) ni en la cantidad de repeticiones (p = 0.390), sin embargo,
si se encontraron diferencias en la cantidad de repeticiones realizadas entre
el pretest y postest (p = 0.048). Estos resultados demuestran que,
independientemente del tratamiento (OVbi y ETmi), los sujetos aumentaron el
número de repeticiones realizadas, en pocas palabras, un entrenamiento a baja
intensidad con oclusión vascular durante cuatro semanas es igual de efectivo
a un entrenamiento tradicional de moderada intensidad.
PALABRAS CLAVE
Restricción de flujo sanguíneo, fuerza muscular, KAATSU.
ABSTRACT
The purpose of the study was to determine the effect of vascular occlusion
(VO) and traditional resistance training (TRT) methods on arm circumference
and number of repetitions to exhaustion. Eight participants were randomly
assigned to VO in one arm and TRT on the other. Before and after four weeks
of training performed three times per week, measurements were obtained on arm
circumference and number of repetitions with a workload equivalent to 9% of
body mass. No significant treatment by measurements interactions were found
on arm circumference (p = 0.164) and number of repetitions to exhaustion (p =
0.390). Regardless of the training method, participants improved number of
repetition to exhaustion following the intervention (p = 0.048). In
conclusion, four weeks of VO is as effective as TRT for improving arm
muscular performance to exhaustion.
Key words
Blood flow restriction, muscular strength, KAATSU.
* Licenciados en Actividad Física y Deporte. Facultad de Deportes,
Universidad Autónoma de Baja California, México.
**Profesores Investigadores del Cuerpo Académico UABC-CA-230 Ejercicio Físico
y Salud. Facultad de Deportes, Universidad Autónoma de Baja California,
México.
INTRODUCCIÓN
El entrenamiento de fuerza ha sido utilizado con el propósito de mejorar esta
cualidad física. Existen registros que evidencian el entrenamiento de fuerza
con pesas en forma de piedra en la población china desde los años 3600 a.C.,
asimismo en Egipto, India y Grecia. Durante mucho tiempo se ha realizado
entrenamiento de resistencia muscular con pesas, sin embargo, Archibald
MacLaren fue quien se apropió del primer sistema de entrenamiento físico
basado en mancuernas y barras con peso, además de formalizar el principio de
entrenamiento de sobrecarga progresiva (Verkhoshansky & Stiff, 2011).
Existen diversos métodos para el incremento de la fuerza e hipertrofia
muscular (Lin & Chen, 2012). La
mayoría de estos métodos involucran ejercicios de alta intensidad, debido a
que se cree que el ejercicio de resistencia con carga menor a 70% de una
repetición máxima (1RM) no genera hipertrofia muscular (Dankel, Jessee, Abe & Loenneke, 2016).
Por esta razón, el entrenamiento con oclusión vascular a baja intensidad
(OVbi) se ha propuesto como una alternativa al ejercicio de altas
intensidades, para la rehabilitación, aumento de la fuerza y masa muscular (Garber et al., 2011).
El entrenamiento OVbi fue originalmente concebido y desarrollado en Japón a
finales de la década de los 60’s por Yoshiaki Sato y se denomina
entrenamiento KAATSU. Antes del año 2008, los instrumentos para entrenamiento
de oclusión vascular eran escasos fuera de Japón (Garber et al. 2011). Algunos
investigadores mencionan que la hipertrofia causada por el entrenamiento OVbi
se debe a la acumulación de metabolitos, hinchamiento de células, al mayor
reclutamiento de unidades motoras, proliferación de células satélite y a la
disminución de miostatina (Loenneke,
et al. 2012; Loenneke,
Fahs, Wilson & Bemben, 2011; Ogasawara Loenneke, Thiebaud &
Abe, 2013; Nielsen, et al.
2012).
Uno de los componentes de la prescripción de ejercicio es la intensidad de la
carga (DeWeese, Homsby, Stone
& Stone, 2015). En el entrenamiento con oclusión vascular, intensidad
baja como el 20% de 1RM, puede llegar a generar mejoras significativas en la
fuerza e hipertrofia muscular (Vanwye, Weatherholt &
Mikesky, 2017). Takarada
et al. (2000), encontraron que entrenar a baja intensidad con oclusión
vascular tiene mayor efecto que entrenar solo a baja intensidad, y similar a
entrenar a intensidades medias-altas en actividad muscular, área transversal
del musculo y en fuerza muscular, aunque el entrenamiento de oclusión
vascular aumenta más la concentración de lactato.
Takarada, Sato e Ishii (2002),
encontraron que el entrenamiento de oclusión vascular a baja intensidad
mejora la fuerza, resistencia e hipertrofia muscular de jugadores
profesionales de rugby. Cabe mencionar que estos jugadores se consideran
adaptados, debido a que tenían una media de cinco años realizando
entrenamientos de fuerza.
Takarada, Tsuruta e Ishii
(2004), descubrieron que al realizar extensiones de pierna, la oclusión
vascular, o el entrenamiento a baja intensidad por sí solo no tenían efectos
significantes, pero al aplicar ambos al mismo tiempo, se encontró que aumenta
la fuerza isométrica e isocinética, el área transversal de los extensores de
rodilla y la concentración de hormona de crecimiento en plasma después de la
sesión de entrenamiento.
Como lo anterior, Sousa et
al. (2017) encontraron que el entrenamiento de pesas a baja intensidad
con oclusión vascular, a alta intensidad o combinados, producen resultados
similares en activación muscular, torque y resistencia muscular local. Por
esta razón, el objetivo de este estudio fue determinar si existen diferencias
significativas en la circunferencia del brazo y en el número de repeticiones
realizadas en base a dos métodos de entrenamiento: OVbi y el entrenamiento
tradicional de moderada intensidad (ETmi).
METODOLOGÍA
Sujetos. Se reclutaron nueve varones estudiantes universitarios físicamente
activos y aparentemente sanos (ACSM, 2005). Todos los
sujetos leyeron y firmaron una carta de consentimiento informado. A todos
ellos se les pidió que durante el estudio evitaran realizar trabajo físico en
el tren superior, específicamente de brazos. A un sujeto le surgió una
molestia en el bíceps braquial durante el tratamiento, por tal motivo se dio
de baja del protocolo. Al final del estudio solo se analizaron los datos de
ocho sujetos (edad 20.8 ± 1.8 años; estatura 177.3 ± 7.1 centímetros; peso
73.9 ± 12.9 kilogramos).
Procedimiento. Después de haber firmado la carta consentimiento se les midió
la circunferencia de ambos brazos. Se evaluó la presión arterial con y sin
oclusión vascular, después, se determinó el promedio en base a la fórmula
mencionada por Sainas et al.
(2016) (presión arterial promedio = presión arterial diastólica (PAD) +
1/3 [presión arterial sistólica - PAD]). No se encontraron diferencias
significativas entre la presión arterial promedio sin (83.9 ± 6.7 mmHg) y con
oclusión vascular (83.9 ± 11.3 mmHg) (p>.05).
Los sujetos asistieron a doce sesiones (cuatro semanas) con un día como
mínimo de reposo entre sesión. Antes de la primera sesión, se hizo una
medición de circunferencia de brazo extendido-relajado (en la terminación de
la inserción distal del musculo deltoides), además, se hizo una prueba de
repeticiones máximas de curl de bíceps martillo utilizando el 9% de la masa
corporal (George, Fisher &
Vehrs, 2005). Las mediciones se realizaron en ambos brazos, debido a que
uno fue escogido de manera aleatoria para hacer ejercicio con oclusión
vascular a baja intensidad (OVbi) y el otro para ejecutar el método de
entrenamiento tradicional de moderada intensidad (ETmi). Después de realizar
la prueba de repeticiones máximas, se aplicó la fórmula de Baechle, Earle y Wathen (2000),
para determinar la repetición máxima (1RM). Cabe mencionar que solo un sujeto
era de brazo izquierdo dominante. Durante el transcurso de la investigación,
se les pidió no realizar ejercicio del tren superior, con el propósito de que
no alterara los posibles efectos de la variable independiente. Aun así, los
sujetos reportaron realizar solamente ejercicio aeróbico (trote).
Durante las sesiones, los sujetos realizaron el ejercicio curl de bíceps de
pie, a diferentes intensidades (ver tabla 1), con una
cadencia de 2-0-2-0 propuesta por el ACSM (2009). Para el
brazo que entrenaba con oclusión vascular a baja intensidad se utilizó un
velcro de 1.9 centímetros de ancho para disminuir un 5% la circunferencia del
brazo. El brazo que hacía entrenamiento tradicional a moderada intensidad no
se le puso velcro, simplemente hizo el ejercicio como usualmente se hace. Los
sujetos no tenían experiencia realizando este ejercicio.
Tabla 1
Dosificación de la carga de trabajo durante las cuatro semanas de
tratamiento.
Nota: MRP=Máximas Repeticiones Posibles; 1RM=Repetición Máxima.
Análisis estadístico. Se hizo estadística descriptiva para la variable edad,
talla y peso. Seguido, se realizó una prueba de normalidad de datos
Shapiro-Wilk, con la cual se determinó que la distribución de datos es normal
(p > 0.05). Por tal razón, se ejecutó un ANOVA de dos vías (tratamiento por
mediciones) de muestras independientes para la circunferencia en brazo y para
el número de repeticiones realizadas de curl de bíceps. Para el análisis post
hoc se utilizó el test de Bonferroni, tomando como significancia un valor de
p < 0.05.
RESULTADOS
En base a un análisis de varianza de dos vías de muestras independientes no
se encontró interacción significativa en la circunferencia del brazo después
de cuatro semanas de tratamiento (p = 0.164), de la misma manera, no se
hallaron diferencias en los efectos simples de mediciones (pre 28.7 ± 2.2 cm
y postest 28.8 ± 2.9 cm; p = 0.610) ni tratamiento (OVbi 28.8 ± 2.6 cm y ETmi
28.7 ± 2.6 cm; p = 0.925) (figura 1). Estos resultados
indican que, independientemente del entrenamiento de oclusión vascular o
tradicional, la circunferencia del brazo será la misma después de 12 sesiones
de entrenamiento en cuatro semanas. Cabe mencionar que el entrenamiento OVbi
se realizó con el 20% de 1RM y el de ETmi con el 65% de 1RM.
Figura 1.
Comparación entre los diferentes métodos en las mediciones en la
circunferencia del brazo.
Lo mismo sucedió con las repeticiones realizadas, en donde la interacción
entre tratamiento y mediciones no fue significativa (p = 0.390), al igual que
el efecto simple tratamiento (OVbi 18.7 ± 9.1 repeticiones y ETmi 19.1 ± 8.2
repeticiones; p = 0.628). Sin embargo, se encontraron diferencias en la
variable mediciones (pretest 16.9 ± 7.8 repeticiones y postest 20.9 ± 9.0
repeticiones; p = 0.048) (figura 2). Estos resultados
significan que, independientemente del tratamiento (OVbi y ETmi), los sujetos
aumentaron el número de repeticiones realizadas, en pocas palabras, un entrenamiento
a baja intensidad con oclusión vascular es igual de efectivo a un
entrenamiento tradicional de moderada intensidad.
Figura 2. Comparación entre los
diferentes métodos en las mediciones en las repeticiones realizadas.
*Diferencia significativa
entre pretest y postest (p = 0.048).
DISCUSIÓN
El hallazgo más importante de este estudio fue que el entrenamiento de OVbi
(20% 1RM) genera el mismo efecto que el ETmi (65% 1RM), debido a que ambas
condiciones mejoraron el número de repeticiones realizadas de curl de bíceps
entre el pretest y postest en cuatro semanas de este mismo ejercicio. Fahs, et al. (2014), son otros
investigadores que encontraron resultados similares, sin embargo, el grupo de
OVbi realizaba ejercicio con el 30% 1RM y el otro a 60% 1RM, además de que
evaluaron músculos del tren inferior (cuádriceps) y utilizaron sujetos de
mediana edad (42 a 62 años).
En la presente investigación no se encontró diferencia en la circunferencia
de brazo después de cuatro semanas de entrenamiento de curl de bíceps de pie.
Esto pudo deberse a que no se tomó en cuenta la composición corporal para
determinar los porcentajes de grasa y músculo en ambos brazos, es decir, los
sujetos pudieron disminuir la grasa, aumentado el músculo y al finalizar obtener
la misma circunferencia de brazo.
Un estudio muy similar a este es el de Lixandrão, et al. (2015),
donde combinaron intensidades de ejercicio y de oclusión vascular (OV) en
cinco grupos distintos: OV-20/40, OV-20/80, OV- 40/40, OV-40/80 y un grupo
sin oclusión vascular que trabajaba al 80% (OV/80) (porcentaje de
1RM/porcentaje de restricción del flujo sanguíneo, respectivamente).
Encontraron que 12 semanas de entrenamiento pueden generar un aumento de
hasta 5% en la masa muscular de los cuádriceps (OV-40/80 y OV/80). Cabe
mencionar que los investigadores realizaron resonancia magnética del plano
axial para determinar la proporción de los músculos cuádriceps. Otros
investigadores concuerdan con estos hallazgos (Lowery, et al., 2013; Vechin, et al., 2015).
Lowery, et al. (2013), realizaron
un estudio con el objetivo de determinar si ocho semanas de ejercicio de
resistencia aumenta el grosor muscular del bíceps braquial. Para llevar a
cabo el proyecto, un brazo realizaba entrenamiento de resistencia a baja
intensidad (30% 1RM) con oclusión vascular (OV) mientras que el otro brazo lo
hacía a moderada intensidad (60% 1RM) sin OV. Se realizó una medición del
grosor del bíceps al inicio, otra a las cuatro semanas y la otra al finalizar
el protocolo utilizando ultrasonido directo. Los investigadores concluyen que
el entrenamiento de oclusión vascular a baja intensidad (30% 1RM) estimula el
músculo de la misma manera que el entrenamiento a moderada intensidad sin
oclusión vascular (60% 1RM).
Una investigación similar, con entrenamiento concurrente en lugar del
entrenamiento de pesas, es la de Libardi, et al. (2014). En
este estudio, los investigadores reclutaron a 25 sujetos, los cuales fueron
evaluados antes y después de doce semanas en el área muscular de cuádriceps,
1RM y VO2máx. Divididos en tres grupos: entrenamiento concurrente (50-80% del
VO2máx), oclusión vascular a baja intensidad (20-30% 1RM) y un grupo control.
Después de doce semanas de tratamiento, encontraron un incremento similar en
el área de cuádriceps, 1RM y VO2máx. Con estos resultados, concluyen que la
oclusión vascular genera efectos similares, en cuanto a adaptaciones
neuromusculares y cardiorespiratorias, que el entrenamiento concurrente en
doce semanas de entrenamiento.
En el presente estudio no se encontró diferencia en la circunferencia del
brazo después de cuatro semanas de entrenamiento de curl de bíceps de pie.
Esto pudo deberse a que no que no se midió la hipertrofía por medio de
resonancia magnética, solo se midió la circunferencia de brazo como un
parámetro de hipertrofia, dejando de lado el porcentaje de grasa y músculo.
Además, la mayoría de los estudios analizados encuentran estas diferencias en
músculos del tren inferior, en conjunto con una ingesta adecuada de proteínas
(Loenneke & Pujol 2009; Sousa, et al., 2017; Vanwye, Weatherholt &
Mikesky, 2017).
CONCLUSIÓN
El entrenamiento con oclusión vascular no genera un aumento en la
circunferencia del brazo, sin embargo, mejora la resistencia muscular de la
misma manera que el entrenamiento tradicional en cuatro semanas de
entrenamiento. Cabe mencionar que el entrenamiento tradicional se realiza a
una moderada intensidad (65% 1RM) y el de oclusión vascular a baja intensidad
(20% 1RM). Una recomendación para futuros estudios es aumentar la presión de
la oclusión vascular a más del 5%, es decir, limitar en mayor medida el flujo
sanguíneo puede conseguir activar los mecanismos que benefician sobre este
tipo de tratamientos, logrando una mayor ganancia en un menor tiempo.
También, se recomienda hacer uso de resonancia magnética o ultrasonido directo,
de esta manera, se obtienen datos precisos de oclusión vascular y dimensiones
musculares para determinar el flujo sanguíneo y la hipertrofia.
Es importante involucrar a la población adulto mayor (mujeres y hombres) e
interactuar con diferentes tipos de ejercicios (entrenamiento concurrente,
entrenamientos interválicos de alta intensidad) en diferentes aparatos
(cicloergómetro, remoergómetro, banda sinfín, etc) e intensidades de oclusión
vascular.
NOTA: El presente estudio fue presentado en el 3er Simposio Internacional de
Investigación Aplicada a la Actividad Física y Deporte y 2do Simposio
Internacional de Tópicos Avanzados en Fisiología del Ejercicio, realizado en
Tijuana, Baja California, México.
Agradecemos al Ph. D José Moncada Jiménez, de la Universidad de Costa Rica,
por su colaboración en este proyecto.
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Dirección para correspondencia
Jorge Alberto Aburto-Corona
Maestría en Ciencias del Movimiento Humano
Universidad Autónoma de Baja California
Facultad de Deportes
Calzada Universidad #14418 Parque Industrial Internacional Tijuana.
CP 22427, Tijuana B. C. México.
Contacto: jorge.aburto@uabc.edu.mx
Fecha Recibido: 19-09-2018
Fecha Aceptado: 26-12-2018
Este obra está bajo una licencia de Creative
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